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MANCHESTER 1970-1990: LA FIESTA INTERMINABLE
(24 Hour Party People)

Inglaterra-Francia, 2002



Dirigida por Michael Winterbottom, con Steve Coogan, John Thomson, Nigel Pivaro, Lennie James, Shirley Henderson, Martin Hancock
.



Luego de fracasar con films como Jude o Bienvenidos a Sarajevo, el director británico Michael Winterbottom logra con Manchester 1970-1990: la fiesta interminable (explícita traducción del original 24 Hour Party People), presentado con gran éxito en BAFICI 2003 y de tardío estreno comercial, plasmar una extraña paradoja: mediante la toma de una cierta distancia logra una insual cercanía entre el espectador y los hechos que este ve en pantalla.

Winterbottom se propone contar la historia de Tony Wilson, un empresario que desempeñó un rol preponderante en la movida musical que tuvo lugar entre las décadas del '70 y el '90, con Manchester como centro mundial, y que comenzó con el punk y terminó con el dance.

En realidad es el propio Tony quien relata todo, desde la conformación del sello Factory y los templos musicales The Factory y The Hacienda hasta los problemas económicos por la decisión moral de no vender drogas en las discos, pasando por la rúbrica de cierto "contrato" escrito con sangre y un concierto de los Sex Pistols ante a un par de decenas de personas.

Pasa de todo en 24 Hour Party People, y a mil por hora. Mucho de eso es contado por Tony con una evidente ironía, incluso aislándose de lo que sucede alrededor suyo para dirigirse a la cámara y hablarle directamente al espectador. Pero el film es tan divertido y vital, y transmite tal pasión y amor por la música y por cómo se vivía en esos gloriosos tiempos, que la identificación está casi asegurada.

Muchas de las mejores películas de deportes lo son porque consiguen que hasta el menos deportista del público ansíe el triunfo de los protagonistas, se meta dentro del juego y forme parte del equipo. Lo mismo sucede con las películas sobre el mundo de la música, que si son realmente buenas no necesitan un espectador sabelotodo (el que escribe estas líneas no lo es) si no sólo alguien que simpatice con los protagonistas, tal como sucedía en Alta fidelidad.

En 24 Hour Party People no vemos personajes precisamente maravillosos. Pero ese pequeño alejamiento que establece Tony parece asumir lo humanos que son él y sus compañeros de fiesta (lo que no significa que él no creyera estar haciendo algo muy importante en ese momento). Lo que transmite es que todos podemos hacer algo tan trascendente como él cree que hizo.

Difícilmente Tony Wilson podría haber encontrado mejor intérprete que Steve Coogan (uno de los protagonistas de la excelente serie británica "Coupling"), que no hace de Wilson... es Wilson. Fresco, espontáneo, gracioso, irónico, Coogan alcanza a imprimir la sensación de verdad mentirosa y mentira verdadera que un film como este necesita.

Winterbottom concreta de esta manera un documental ficcional, o una ficción documental, que termina transformándose en una épica musical llena de personajes imperfectos que, pese a ello (y en parte por), logran convertirse en pequeñas leyendas de su época.

Rodrigo Seijas      

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