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VIDA BANDIDA
(Bandits)

Estados Unidos, 2001


Dirigida por Barry Levinson, con Bruce Willis, Billy Bob Thornton, Cate Blanchett, Troy Garity, Brian O`Byrne, Stacey Travis, Bobby Slayton.



Vida bandida es una película curiosa, algunos dirán despareja, en varios sentidos. Siempre elude la posibilidad de ser identificada con un solo género, porque va pasando de uno a otro. Esta vaguedad, si bien tiene sus ventajas, se complica con un guión un tanto errático, aunque por momentos muy divertido, que deposita casi todo el peso del film en las espaldas de un elenco estelar. Organizada como un largo flashback, la estructura es la del relato enmarcado, un final con sorpresas y el epílogo. Mientras se narra un largo viaje (2 horas de película) del pasado al presente, el carácter va variando de manera que permite pasar de un clima a otro, sin sobresaltos.

Sabemos desde el principio que los protagonistas, dos populares bandidos ladrones de bancos, fueron cercados y están muertos después de un tiroteo producido durante su último asalto. A partir de ese hecho se reconstruye la historia. Joe (Bruce Willis) y Terry (Billy Bob Thornton) huyen juntos de una prisión del norte de los Estados Unidos, y desde ese primer movimiento del azar, conciben un sistema de asaltos a bancos de ciudades pequeñas que responde siempre a un mismo esquema: secuestran al gerente en su casa, pasan la noche allí y acuden con él al banco para saquear el Tesoro. Durante el secuestro y robo, disfrazados hasta el ridículo, ambos dispensan un trato muy amable y cordial a sus víctimas y sus familias. Nunca han usado la violencia, nunca se ha disparado un tiro. En la calle, tienen el apoyo de un primo de Joe, que sueña con ser doble de riesgo en Hollywood. Joe y Terry funcionan como un par complementario: puesto que lo interpreta Bruce Willis, Joe, obviamente, encarna la acción, la intuición y el impulso, y el atractivo sexual. Terry es, además de un neurótico insoportable hipocondríaco, el ser pensante, que siempre debe tener una razón para actuar. Bruce Willis hace lo que sabe, no le pidamos más, que ya es bastante simpático como macho bruto; Billy Bob Thornton demuestra nuevamente que puede desarrollar cualquier papel, hasta el más absurdo, magistralmente.

El azar cruza en su camino –literalmente– a Kate (Cate Blanchett), un ama de casa frustrada, con un marido que la ignora a pesar de sus esfuerzos por atenderlo y agradarle. La mujer queda fascinada con estos bandidos que aportan riesgo y aventura a su vida, y los fuerza a llevarla con ellos. La situación es difícil al principio, pero pronto ella descubre que, si bien cada uno de los hombres tiene sus defectos, juntos componen al hombre perfecto. El triángulo ya está instaurado.

La banda tiene como objetivo llegar a México y allí levantar un hotel con el producto de sus atracos, para lo cual inician el viaje hacia el Sur, deteniéndose en cada punto que ofrezca un buen banco para ser robado. De esta manera, el film se despliega como una road movie que encierra una historia romántica a dos puntas, matizada con el suspenso de la acción entre ladrones, víctimas y policía, a la vez que es un film sobre la amistad.

Hasta la mitad, la película resulta un tanto reiterativa en su planteo, pero a partir de la relación triangular va ganando interés, hasta que durante el asalto final se llega al clímax de suspenso y diversión.

Es obvio que todos deben haberse divertido mucho en la filmación. La australiana Cate Blanchett actúa al nivel de Thornton: ambos habían trabajado juntos previamente en Mi espacio, de Mike Newell. Después de su consagrada labor en Un plan simple, Thornton –que ha sido también guionista y director– acaba de recibir el premio de la National Board of Review como mejor actor del año por Vida bandida y The Man Who Wasn't There, de los hermanos Coen. Blanchett, que fue la reina en Elizabeth, fue elegida por el mismo jurado como la mejor actriz de reparto por El señor de los anillos, que se estrenará en nuestro país en los primeros días de 2002.

El film responde a los modos de producción propios de la posmodernidad: además de plegarse sobre sí mismo una y otra vez, con uno y otro asalto, uno y otro desencuentro, la historia está cruzada –como aquel ejemplo paradigmático, Asesinos por naturaleza– con un programa de televisión. Cuando los ladrones ya son famosos conceden una entrevista secreta a un programa policial de TV, en el que cuentan su historia. Porque en realidad, Vida bandida es en última instancia una película narrativa de bandidos, un homenaje al cine y un film sobre la representación misma. El pliegue se vuelve sobre el propio cine, la autorreferencia es permanente, desde el momento en que el primo de Joe se entrena como actor: todos los planes delictivos hacen referencia al espectáculo y a lo cinematográfico, incluso los ladrones representan otros roles, como empleados de banco, y sobre todo el golpe final, todo remite al cine. Son tan obvios los disfraces como la peluca que usa Willis, de quien nunca podemos olvidar que es Bruce Willis haciendo una película de acción. Hay citas más o menos encubiertas a otras películas, como Bonnie & Clide, Butch Cassidy y Sundance Kid, Tarde de perros, Lo que sucedió aquella noche. Incluso los nombres de los protagonistas –Joe, Terry, Kate– son convencionales, sin ninguna inventiva, son clisés, tanto como muchas de las situaciones que se presentan en su viaje. Podríamos lanzar la hipótesis de que este es un cine sobre el cine mismo, sobre cada uno de los tópicos cinematográficos, parodiados, satirizados permanentemente. Incluso la comedia musical está presente, porque cada protagonista se anima con una canción (tanto Willis como Thornton han formado parte de conjuntos musicales). Sin embargo, estas características no impiden –o avalan– que reclamemos al film una mayor originalidad.

Josefina Sartora     


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