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SOY TU AVENTURA

Argentina, 2003


Dirigida por Néstor Montalbano, con Luis Aguilé, Diego Capusotto, Luis Luque, Jorge Marrale, Laura Fidalgo, Verónica Llinás, Fabio Alberti.



Soy tu aventura mezcla el disparate con la nostalgia. Al primero lo alcanza especialmente de la mano de Diego Todo por dos pesos Capusotto. A la nostalgia la convoca en las canciones y la figura del veterano Luis Aguilé, que hizo capote en los ‘60 y ‘70, y en su propia textura fílmica, que evoca las películas que Sandro y Palito Ortega estelarizaron por la misma época.

El punto de partida es algo más actual, cercano a la contemporánea angustia de andar por la vida sin empleo: Damián (Capusotto) intenta conchabarse en lo que sea, desde técnico en computación hasta policía y remisero. Pero su torpeza y la falta de un título secundario se lo impiden. Deprimido, llega a su casa y encuentra a su primo Yaco (Luis Luque), otro pelotazo en contra, que ha caído de sorpresa y le está comiendo el último sandwich. Poco después, Yaco escupe la propuesta salvadora: secuestrar a Aguilé, quien arribó a Bragado para dar un recital.

Dicho y hecho: concluido el recital el veterano es secuestrado por los antihéroes, quienes emprenden la fuga hacia Santa Rosa a bordo de un Rastrojero desvencijado. Pero la camioneta los deja varados en Patricios, un pueblito de 200 habitantes. Ahí se va a quedar la historia, para dar lugar a una odisea que será animada por los secuestradores y Aguilé, pero también por los pueblerinos y por el personaje de Jorge Marrale, líder y gurú del AJY (Ahora Jesús Ya).

Montada en la originalidad de su propuesta, Soy tu aventura da en la tecla de la nostalgia, imponiendo la sensación de que efectivamente nos hemos trasladado a los viejos tiempos. Pero las canciones son tantas (y siempre en la vena de la comedia musical convencional) que las coreografías, más que complementar la historia, la terminan interrumpiendo. Provoca muchas sonrisas, y algunas risas. Respeta a su objeto de veneración (Aguilé), aunque no tanto a los lugareños, muchos de ellos actores no profesionales, que pecan de ingenuos para que siga su curso el guión. Y es algo larga, pero no tanto, así que por todo y a pesar de todo... se deja ver.

Cecilia Rolón      


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