HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















SENDERO DE SANGRE
(The Dancer Upstairs)

Estados Unidos, 2002


Dirigida por John Malkovich, con Javier Bardem, Juan Diego Botto, Laura Morante, Elvira Mínguez, Alexandra Lencastre, Oliver Cotton, Abel Folk.



Por alguna razón que desconocemos (nuevos desafíos, aburrimiento, dinero de sobra), muchas grandes estrellas de Hollywood deciden, en un momento dado, lanzarse a dirigir. Celebridades de la talla de Robert De Niro, Jodie Foster o George Clooney, entre muchas otras, han incursionado en este metier con suerte generalmente esquiva. Por supuesto que, más allá de aquellos resultados, el debut de un actor como realizador no es, a priori, un argumento válido para descalificar su película. Pero en Sendero de sangre hay demasiadas cuestiones que no terminan de cerrar. Vayamos por partes.

La ópera prima del prestigioso intérprete John Malkovich cuenta la historia de un policía que está tras la pista de un grupo terrorista liderado por un tal Ezequiel. En el transcurso de la investigación, el agente Agustín Rejas (Javier Bardem) conocerá a la bailarina Yolanda (Laura Morante), quien cambiará el curso de las cosas...

Aunque la película está situada en un país latinoamericano indefinido y nunca hace referencia explícita a sucesos reales, su trama está inspirada en los crímenes atribuidos a la agrupación revolucionaria “Sendero Luminoso“, originaria del Perú, y en la captura de su líder, Abimael Guzmán.

La historia real, tan escalofriante como apasionante, era un buen punto de partida. Pero si bien la película entretiene, no logra atrapar al espectador tanto como parece haber cautivado a Malkovich la novela sobre la que se apoya el film.

Hubiera sido interesante poder reflexionar sobre el concepto mismo de terrorismo: de dónde surgen sus miembros, cuáles son sus motivaciones, cómo llevan a cabo sus acciones. Pero Sendero de sangre se concentra en otros aspectos, más ligados a la historia personal de sus protagonistas, y no consigue dar con el tono adecuado. Fluctúa entre el thriller político (sin comprometerse ni ahondar demasiado en cuestiones políticas) y el drama amoroso. La narración expone atentados terroristas, asesinatos a sangre fría y los sucesivos pasos de la investigación; pero también explora de manera intimista el pasado de Rejas y las relaciones con su esposa y con la profesora de baile de su hija.

El film no se ahorra otro vicio muy común en este tipo de superproducciones: algo que podríamos llamar “latinoamericanismo”. Ese “exotismo” de Sudamérica que aflora en tantas películas estadounidenses, y que termina siendo siempre medio burdo. En este sentido, tampoco ayuda la elección deliberada de actores de diversas nacionalidades, todos hablando con sus respectivos acentos... pero en inglés.

Lo que evita que Sendero de sangre se derrumbe del todo es el esfuerzo actoral de Bardem, y las idas y vueltas de su personaje en torno de la incógnita de quién es el mítico “presidente Ezequiel”. En el balance también hay que apuntar varios hechos que resultan previsibles, como que la hermosa Yolanda no es lo que parece, y que Guzmán (¿quién otro?) es el hombre misterioso que vimos en la primera escena. Pero en fin, podríamos darle a Malkovich otra oportunidad. Por su trayectoria como actor, se la merece.

Yvonne Yolis      


Enviá tu crítica al Foro