HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















HERIDAS DE AMOR
(Lulu On The Bridge)

Estados Unidos, 1998


Dirigida por Paul Auster, con Harvey Keitel, Mira Sorvino, Vanessa Redgrave, Willem Dafoe, Gina Gershon.



Paul Auster es escritor. Y de los buenos. Aquellos capaces de provocar silencios mentales, empatías lejanas, excitaciones felices y reflexiones intertextuales. Puede llegar a narrar la búsqueda de la identidad con la estructura del relato policial, mostrar la desolación ante las desapariciones y ausencias con pocas palabras y criticar al sistema americano a través de sus personajes existencialistas en el seno de la ciudad de Nueva York. Sin embargo, a pesar de su capacidad como narrador dio a luz Heridas de amor: Una película desoladora, incoherente, superficial y ridícula.

La leyenda dice que Auster escribió el guión y se lo envió a Wim Wenders para que lo filmara. El alemán se lo devolvió diciendo que no podía hacerse cargo de una historia tan personal como la de Lulú On The Bridge (título original) así que el escritor abandonó por un tiempo la pluma y decidió encarar él mismo la realización de la película. Se rodeó de actores reconocidos como Harvey Keitel, Mira Sorvino, Willem Dafoe y Vanessa Redgrave.

La historia de Heridas de amor comienza cuando Izzy Maurer, un saxofonista de jazz, recibe una herida de bala en el pecho. A partir de ese punto se desarrolla un cuento fantástico al estilo Auster-escritor. Un asesinato, indicios misteriosos al lado del cadáver, una mujer hermosa (Mira Sorvino) de quien Izzy se enamora perdidamente y el rodaje de una nueva versión de la Caja de Pandora (de Georg Pabst) en la que Sorvino encarna el papel que antes interpretara Louise Brooks. Es extraño que alguien tan diestro en el uso del lenguaje como Auster haya escrito diálogos tan estereotipados, "americanos", aburridos y previsibles. Nada hay aquí de la magia de sus historias de frases simples.

Auster-cineasta tuvo un buen debut con el guión de Cigarros dirigida por Wayne Wang. No fue tan buena su segunda parte, Humos del vecino, donde no conforme con escribir se hizo cargo también de la dirección. En esta oportunidad quedan descubiertas dos incapacidades de Auster. La primera se evidencia en la escritura de guiones: después de Cigarros, Auster perdió la inspiración. La segunda tiene que ver con la incompetencia del autor de "El país de las últimas cosas" para la puesta en escena. Auster desperdicia muchas situaciones de Heridas de amor por el encuadre, como si no supiera adónde ubicar la cámara. Sus actores no responden, como si hubieran perdido la capacidad interpretativa que supieron mostrar en otros filmes. Y la historia no tiene ningún sentido, aunque con muy buena voluntad podría decirse que se trata de un par de solitarios que se encuentran con el amor de un modo fantástico. Y ese amor los rescata, los redime.

En conclusión, a Paul Auster hay que leerlo. De ser posible, en aquellos textos en los que el cine es una atractiva referencia dentro de la historia o un objeto de comunión entre los personajes.

Eugenia Guevara