HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















GOLPE DE MUJER
(Girlfight)

Estados Unidos, 2000


Dirigida por Karyn Kusama, con Michelle Rodríguez, Santiago Douglas, Jaime Tirelli, Ray Santiago, Paul Calderón, Elisa Bocanegra.



¿Película por momentos interesante a partir de una ingenua premisa? ¿Simple y perturbadora metáfora del amor? ¿Reticente film sobre un logro personal? Si acompañamos a los publicistas, afirmaremos con rubor que se trata de cine americano "independiente" (¿de qué?) 2000, aplaudido por el melifluo Robert Redford (en Sundance, el festival organizado por éste, la película se llevó dos galardones: Gran Premio del Jurado y Mejor Dirección) y producido por el gurú independiente John Sayles (cameo en el film; interpreta a un profesor).

Una chica intenta dominar su violencia practicando boxeo. La causa es su triste pasado: el padre golpeaba a la madre, que terminó suicidándose. Diana, nuestra pugilista, se enamora de un colega de guantes, Adrián. Es suficiente para que se imaginen el resto de la trama, que llega a conmover sin manotear sentimentalismos (hay algo de belleza en algunas escenas, especialmente en la segunda hora de proyección).

Vamos a proponer la siguiente metáfora: Girlfight es como una chica fea a la que sólo apreciamos por su simpatía. Es que, en esencia, una película sobre una muchacha que boxea (con la consiguiente sucesión de entrenamientos coronados por el enfrentamiento final para poner a prueba a la heroína) es cualquier cosa menos linda. ¿Qué hace, pues, que simpaticemos con ella?

Principalmente, la dirección de actores. La escena del primer beso de la pareja protagónica fue inteligentemente trabajada, muy verosímil. La actriz principal, Michelle Rodríguez, está muy bien; interpreta a una chica de prepotencia creíble, de gestos medidos. En cualquier caso, el mayor mérito es de Karyn Kusama, la directora y guionista, que mueve los hilos de sus actores con maestría.

También simpatizamos con algunos aspectos de la banda incidental y con los minúsculos –pero efectivos– atrevimientos formales: los fuera de campo en el comienzo, esos fundidos a negro que nunca llegan a oscurecer la pantalla del todo, las subjetivas de los boxeadores al ser golpeados por sus oponentes (un flash blanco muy efectivo). Y nos agrada que la boxeadora sepa ser femenina, sin caer en el malentendido que señaló alguna vez el escritor inglés Chesterton, que creía que el feminismo era paradójico: abría la puerta a que las mujeres terminasen actuando como hombres.

Lo antipático del film, más allá del planteo básico, es la alegoría de medio pelo que relaciona la vida con el cuadrilátero ("la vida es una pelea constante", o algo por el estilo, proponen los enamorados protagonistas) y, para este crítico quisquilloso, la proposición de uno de los personajes, que no duda en afirmar que el nombre Adrián no es apropiado para un hombre.

Adrián Fares     


Enviá tu crítica al Foro