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CAFE LUMIERE
(Kohi Jiko)

Japón-Taiwan, 2003


Dirigida por Hou Hsiao-hsien, con Yo Hitoto, Tadanobu Asano, Masato Hagiwara, Kimiko Yo, Nenji Kobayashi.



Es posible que los encuadres rabiosamente geométricos, los puntos de fuga bien definidos y los personajes posicionados casi siempre en un segundo plano de interés nos hagan creer que la poética de Café Lumière es muy parecida a la de Yasujiro Ozu. Esto no es del todo cierto. Aunque los encuadres sean parecidos y exista un interés por retratar relaciones familiares, no hay muchas similitudes más. Hou Hsiao-hsien mueve muchísimo más la cámara, no salta el eje, encuadra constantemente a sus personajes de espaldas, se maneja mucho más con silencios que con palabras. Además, sus familias son bien diferentes de las de Ozu: en Historia de Tokio, los personajes hablaban hasta por los codos, en Café Lumière no existe la posibilidad de diálogo, el bache generacional es absolutamente infranqueable. Como ejemplo, basta y sobra con la actitud del padre de la protagonista embarazada, que habla una sola vez en la película... ¡para ofrecerle una papa a su hija! Cualquier espectador sabe o cree saber qué piensa Ozu de sus personajes; en cambio, ¿quién se anima a decirme qué piensa Hou Hsiao-hsien? Homenajear al director japonés habrá sido el punto de partida, pero lo cierto es que la película termina disparándose para otro lado.

Creo, en cambio, que hay más puntos de contacto con el cine de Tsai Ming-liang, un director que sostiene encuadres tan imposibles como las escenas de Hou Hsiao-hsien (interminables caminatas, cenas, viajes en tren). Sabemos realmente poco de los personajes, desconocemos sus motivaciones, se hace difícil entender sus relaciones o la manera en que se mueven por la vida. Hou Hsiao-hsien nos acerca a ellos a la luz de sus muy diversas obsesiones: la protagonista rastreando sus sueños en libros de niños y remotas mitologías, su amigo librero grabando el sonido de los trenes llegando y partiendo, en busca quién sabe de qué verdad esencial.

¿Y la referencia a Lumière en el título? Quizá después de más de cien años de cine, Hou esté preguntándose (y preguntándole a los golpes al espectador) qué es o debe ser una película, qué es una escena, qué es un personaje. Café Lumière es su respuesta. Una respuesta confusa y atractiva.

Ezequiel Schmoller      


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