HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















SECUESTRO Y MUERTE

Argentina, 2010


Dirigida por Rafael Filippelli, con Enrique Piñeyro, Alberto Ajaka, Esteban Bigliardi, Agustina Muñoz, Matías Umpierrez, Jorge Dotti, Javier Fainzaig.



Rafael Filippelli vuelve a la carga. Basado en un relato-ensayo de su esposa Beatriz Sarlo intelectual de "La Nación", pensadora cultural de un posmodernismo plural y vacuo, Secuestro y muerte cuenta las últimas horas de un general atrapado por un grupo revolucionario que pretende hacer justicia sobre hechos del pasado (el fusilamiento de unos alzados ante un gobierno de facto y la desaparición del cuerpo de una mujer). No es casual que al narrar de qué va el film yo lo haya hecho de esta forma: es apenas un remedo de la que eligieron los guionistas. Al general no se lo llama Aramburu; a los jóvenes rebeldes no se los nombra individualmente (Firmenich, Abal Medina, Ramus, Arrostito) ni como grupo (Montoneros); tampoco entre ellos se denominan compañeros; Perón es el Jefe y Evita es esa mujer. Pero se dice Rosas, y Mitre y Che Guevara, y uno no entiende bien por qué si nos encerramos en una casa en el campo alejada de la urbe, lejos de la Historia, a veces nos llamamos a silencio y a veces enunciamos explícitamente. Y tampoco se entiende el uso de la voz narradora anticipando en palabras lo que se ve luego en acción.

Película de tesis, más teatro filmado que imagen en movimiento, se torna evidente la limpieza aséptica de su concepción. Despolitización, ahistorización son los parámetros que se ponen en juego. Un medio tono en el registro (dicción, actuación) se impone por encima de los sucesos que se cuentan, como si la pasión hubiera cedido su lugar a la excepción. Y así se crean escenas que rozan la ridiculez o desprecian el verosímil más elemental (¿cómo es posible que no sepan los secuestradores qué es lo que tiene el secuestrado entre sus ropas? ¿Si ha llevado una lapicera o no? ¿Qué tipo de organización armada conforman que sin registrarlo lo ponen en el auto entre ellos arriesgándose, por ejemplo, a que saque un arma y dispare?).

A veces parece como si los jóvenes snobs de Todos mienten, en lugar de jugar a arrojarse literatura nacional, aburridos de su nadería decidieran arrojarse con la Historia y “dale que matamos a un milico”. Aunque no puedan con su genio y reciten versos y jueguen a adivinar personajes. No se habla de política en acción, de esa que se enuncia a la par que se ejerce (sobre todo en esos tiempos que se evocan) sino más bien de teoría política (y estoy siendo generoso en la descripción), o de filosofía política (y sigo siendo generoso), de abstracciones conceptuales (porque la calle y el barro de la Historia ensucian a ciertos pensadores) que además pronuncia con mayor seguridad y mayor (auto)convencimiento el general que los captores, lo que provoca ciertas suspicacias y evidencia la adopción de un ítem central del posmodernismo: la engañosa "democratización de las voces". Todos pueden hablar y decir su verdad. Como si las verdades fueran únicamente múltiples y esencialmente relativas.

Uno sospecha que detrás de ciertos mea culpa existen los lavados de manos y las justificaciones de conciencia. Pero eso también es política.

Javier Luzi      

ARTICULOS RELACIONADOS:
   >Crítica de Música nocturna


Enviá tu crítica al Foro