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SCREAM 3
Estados Unidos,
2000 |
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Dirigida por Wes Craven, con Neve Campbell, David Arquette, Courtney Cox,
Scott Foley, Parker Posey, Jenny McCarthy, Mat Keeslar.
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¿Se está acabando lo que se daba con tanta
generosidad en las dos primeras entregas de la trilogía? ¿Es acaso la deserción del
guionista original Kevin Williamson en favor de Ehren Kruger lo que hace que
en Scream 3 haya menos de lo mismo? Es decir, menos ingenio argumental y narrativo,
menos truculencia y delirio, bah, menos miedo (que es lo que queremos los amantes del
género: que nos hagan sufrir placenteramente, seguros/as en nuestras butacas). Lo que no
falta en este (¿último? Acuérdense de Alien, que también era una trilogía...)
capítulo es abundante humor, sin duda con menos homenajes, referencias y citas
cinematográficas que en el 1 y el 2. Para compensar, ahí lo tenemos al estimadísimo
Roger Corman mandándose un cameo con guiños a la violencia en el cine...De todos
modos, Scream 3 funciona en el plano de comedia de terror, con algún personaje
secundario tan delicioso como el que hace la impar Parker Posey (The Daytrippers),
como la doble de Gale Weathers (Courtney Fox), esa reportera trepadora y pisacabezas que
ya en la segunda entrega había logrado que se hiciera una peli sobre sus relatos de los
sangrientos sucesos en Woodsboro. Como los seguidores de la serie recordarán, ese film
Stab se proyectaba en el prólogo de la 2 con los espectadores
enmascarados igual que el asesino serial mientras una bella espectadora negra era
masacrada en su butaca. Y si de prólogos hablamos, ¿quién que haya visto la 1 podrá
olvidarse de la divina Drew Barrymore, la sartén con pochoclo en una mano y el teléfono
inalámbrico en la otra, viendo frustrados sus deseos de ver un video de terror porque el
terror invadía su vida real hasta dejarla bien muerta?
Ya desde el arranque, Scream 3 demuestra que no está a la altura de sus
antecesoras: en la secuencia antes de los títulos, le toca pasarla mal a un sobreviviente
de la 2, el ex convicto Liev Schreiber, ahora exitoso por poco rato showman.
El nuevo asesino, cuya máscara conocemos pero no su identidad hasta el último rollo, lo
llama haciéndose pasar por una admiradora en plan de levante, hasta que lo asusta con voz
masculina. El pobre Liev corre desesperado con su coche para salvar a su novia amenazada,
pero previsiblemente no lo logra, y menos aun logra esquivar al serial killer.
Evidentemente, Wes Craven intenta seguir el modelo introductorio que tan bien funcionó en
la 1 y 2, pero le falta convicción e impacto.
Es curioso que al director le falle un poco la muñeca cuando su protagonista en
verdad, en este capítulo, de los chicos sólo queda en pie Neve Campbell ha
crecido, después de hacer su pasaje por la secundaria y la universidad: en La nueva
pesadilla, broche de oro para Freddy Krueger, el creador de Pesadilla en lo
profundo de la noche había conseguido una vuelta de tuerca brillante con el personaje
femenino principal Heather Langenkamp ya adulto. En cambio, en Scream 3
la protagonista Neve Campbell, primero refugiada en el campo y luego de visita en
Hollywood donde se esta filmando su historia mientras se suceden los crímenes, pese al
buen desempeño de la actriz, no alcanza el relieve de antaño.
En declaraciones recientes, al estrenar su última y melodramática producción, Música
del corazón, Wes Craven afirmó que estaba un poco harto del terror después de casi
30 años de cultivarlo, y que le había encantado la idea de cambiar de género. Este
comentarío explicaría los discretos méritos de Scream 3, aparentemente hecha
para seguir exprimiendo el suceso de las anteriores. Aquí solo quedan algunas huellas de
aquella creatividad que tan astutamente jugaba con el cine dentro del cine, el género
dentro del género: además de la presencia en el rol del productor del viejo conocido
para los fans del rubro Lance Henriksen, es digno de ser apreciado el detalle
de que buena parte de la historia transcurre en los decorados donde se filma Stab 3,
sobre la saga ensangrentada (donde los crímenes van cambiando de autor, pero el autor no
cambia de aspecto, siempre con la máscara y la túnica). Así, una de las mejores
secuencias muestra a la sufrida Neve topándose con su antiguo cuarto de adolescente y
rememorando amores hasta que...
Obviamente, para saber si la chica sobrevive y
quién es el matador esta vez, habrá que ver Scream 4. Sin demasiadas expectativas
pero con la seguridad de pasar un amable recreo entre leves sobresaltos y salpicados de
hemoglobina.
Moira Soto |
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