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RUBY & QUENTIN
(Tais-Toi)

Francia, 2003


Dirigida por Francis Veber, con Gérard Depardieu, Jean Reno, André Dussollier, Jean-Pierre Malo, Richard Berry, Jean-Michel Noirey.



Francis Veber es un cineasta francés que ha venido trabajando en la industria por más de treinta años, ya fuere como guionista o director. Especializado en un tipo de comedia simple, ligera y con cierta inclininación satírica, muchos de sus guiones y films han sido adaptados por Hollywood con más pena que gloria, así como el propio Veber ha probado suerte en Estados Unidos con idéntico resultado. Luego del éxito de El placard (2001), resultaba obvio que seguiría con una comedia de gran presupuesto (al menos para la industria francesa) y elenco estelar.

Pero en Ruby & Quentin nada termina de cuajar. La base policial del relato sólo es decorativa y no aporta nada a las vueltas de la trama y la descripción de los personajes, un torpe ladrón de bancos (Gérard Depardieu) y un peligroso criminal (Jean Reno) que traicinó al mafioso para el que trabajaba. Un par de elipsis y gags visuales afortunados ayudan a hacer más llevadera la primera parte, especialmente el segmento ambientado en la prisión. Pero luego el esquematismo del relato, la irritante repetición de chistes subrayando la idiotez del ladrón de bancos y el nulo desarrollo de la relación entre los protagonistas, considerando que la dinámica de la pareja tendría que sostener por sí sola la película, entierran al producto en el más profundo de los hastíos.

Lo que hacía a La cena de los tontos (1998) y El placard, los dos últimos trabajos de Veber, medianamente efectivas era una premisa atractiva que lograba mantener el interés hasta el final. Aquí, ni siquiera eso. El esquema de la "buddy movie", en una modalidad cercana a la que han usado y maltratado tantas comedias de Hollywood, deja al desnudo las limitaciones de la puesta de escena y la falta de incorrección política y de esa pizca de mala leche que toda buena comedia moderna (desde Wilder, Risi y el primer Allen, hasta DeVito y Sonnenfeld) necesita.

El correcto trabajo de la pareja protagónica y el aporte del resto del elenco no logran sacar la molesta sensación de que el cine comercial francés no es tan distinto del americano. De hecho, esta comedia podría ser la versión francesa de un famoso film de los hermanos Farrelly y, tranquilamente, llamarse Idiot Et Re-Idiot.

Juan Alsinet      


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