HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















CINEISMORECOMIENDA

NEGOCIOS ENTRAÑABLES
(Dirty Pretty Things)

Gran Bretaña, 2002



Dirigida por Stephen Frears, con Audrey Tautou, Chiwetel Ejiofor, Sergi López, Sophie Okonedo, Benedict Wong, Zlatko Buric, Sotigui Kouyate, Abi Gouhad.



De vez en cuando pasa: uno va al cine, se sienta en su butaca temiendo por lo que puede venir y, de golpe, el milagro se produce y en la pantalla aparece un film como Negocios entrañables, con sus bordes tan bien limados y con todos sus elementos fluyendo tan naturalmente que, por un segundo, se crea en nuestro cerebro la ilusión de que filmar debe ser uno de los oficios más fáciles del mundo. Pero, claro, al segundo siguiente la ilusión desaparece y lo que queda (in- your- face) es la película de un director que sabe lo que hace.

Después de ver Negocios entrañables, uno tiene la sospecha de que Stephen Frears (Ropa limpia, negocios sucios; Alta fidelidad) la filmó con el viejo dicho... ¿cómo era?... ¿Pinta las miserias de tu aldea y pintarás el mundo? retumbándole en el inconsciente. Ahí está su historia, situada en Londres pero sin mostrar a ningún inglés (salvo los agentes de inmigración y... el empedrado de las calles). Ahí están también sus personajes: hombres y mujeres venidos de todos lados, a quienes el paraíso que imaginaron les estalló en las manos. Clandestinos, explotados y dispuestos a conseguir, sea como fuere, un pasaporte de la Unión Europea que los lleve de regreso a casa, a los Estados Unidos (¡nos equivocamos, ahí quedaba el paraíso!), o que al menos los aleje de la cárcel (“En este país encierran juntos a los hombres y las mujeres, así que cada noche van a violarte”, amenaza uno de los personajes en cuestión).

Audrey Tautou (tan lejos de Amélie como uno puede desear, salvo por su belleza) y el excelente Chiwetel Ejiofor (Amistad) interpretan a Senay y Okwe, los protagonistas. Okwe es un médico nigeriano que, por algún extraño motivo, abandonó a su familia y su patria para trabajar de día como taxista y de noche como recepcionista en The Baltic, el hotel donde la turca y virginal Senay es mucama. En la cadena de solidaridades que surge entre los marginales que recorren la trama de Negocios entrañables, Senay le presta su sillón a Okwe para que duerma de vez en cuando (cuando los efectos de la coca que mastica para mantenerse despierto no bastan), y él atiende ocasionalmente a los enfermos que no pueden acercarse a los hospitales por temor a ser deportados.

En el guión de Steven Knight todo va a volverse mucho más difícil cuando Okwe descubra un corazón humano atorado en el inodoro de una de las habitaciones, ponga en aviso al gerente del Baltic (un Sergi López genial y repulsivo) y quede envuelto en el tráfico de órganos, debiendo elegir entre lo malo y lo peor. La ironía se cuela por todas partes: “¿Crees que en Londres ciertas cosas no pasan sólo porque la reina no lo aprueba?”, se ocupa de aclararle a Okwe su amigo chino –y legal–, Guo Yi (Benedict Wong).

Frears combina con un talento asombroso la descripción de los ambientes, el drama social y humano con el que carga cada uno de los personajes, la historia de amor casi imposible que surge entre los protagonistas, el humor y el suspenso. Y lo peor (o lo mejor) es que deja que nos vayamos del cine con toda la incomodidad que merece su relato porque, sabemos, las miserias que vimos existen en todas partes.

Analía Crivello      


Enviá tu crítica al Foro