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GEMINIS

Argentina-Francia, 2005


Dirigida por Albertina Carri, con Cristina Banegas, Daniel Fanego, María Abadi, Damián Ramonda, Lucas Escáriz, Silvia Baylé, Julieta Zylberberg.



Albertina Carri no deja de asombrar. De un comienzo promisorio aunque algo arduo con No quiero volver a casa, pasó al cortometraje erótico con muñecos en Barbie también puede estar triste, y a otro corto, Aurora, una fotonovela fílmica desopilante. Su consagración llegó con Los rubios, un documental que revolucionó el género, marcando un punto de inflexión por su brillante concepción del documental con recursos y apelaciones de y hacia la ficción. Ya es un lugar común afirmar que Los rubios marca un antes y un después en la historia del documental argentino. En su último opus, Géminis, vuelve a la ficción pero de la manera más clásica, con un melodrama de corte costumbrista que narra linealmente la historia de un amor prohibido.

Retrato de una familia de la burguesía acomodada cuyos hijos ocultan un amor incestuoso, el film configura en cierto modo el retrato de una sociedad de apariencias, con su negación a ver la realidad, sus pretensiones banales, su indiferencia e hipocresía. Meme y Jere (los debutantes María Abadi y Lucas Escáriz) han sabido ocultar su amor hasta que el hermano mayor regresa de España para presentar a su esposa a parientes y amigos en un simulacro de boda. Entonces se revela la clave del film: la madre no debe enterarse de lo que está sucediendo en su propia casa, aunque todo ocurra a puertas abiertas. En el título, Carri evoca con libertad el mito de los hermanos dioscuros Cástor y Pólux para narrar una historia que remite a los orígenes arquetípicos y a la formación del tabú. Y lo realiza desde el distanciamiento: nunca presenta una reflexión sobre esa pasión casi natural entre hermanos, ni interpretaciones o explicaciones psicológicas, ni una condena moral, ni una justificación. Sí cierta impúdica complicidad. Mucho más importante es la crítica al tipo de institución familiar matriarcal y endogámica, en la cual la madre pretende mover todos los hilos frente a la prescindencia absoluta de un padre casi ausente. Es éste el tema que atraviesa toda la filmografía de Carri: el retrato de la familia quebrada. En esta oportunidad resulta obvio su acercamiento al cine de Lucrecia Martel.

Carri y Guillermo Nieto manejan con inteligencia la cámara por pasillos y escaleras, circulando por los meandros familiares. Sabe llevar la narración seca, tensa, que va creando un clima de densidad y una presión que busca su momento de explosión. Sin embargo, añoramos la temeridad, la creatividad osada de sus films anteriores. Y por cierto, algunos detalles hacen ruido: la larga escena en que los hermanos están drogados, un grueso chiste televisivo y un final que cae en picada al vacío con explicaciones innecesarias. También hubiera sido interesante profundizar la línea de los celos del tercer hermano, insinuados en un momento clave del film.

Cristina Banegas como la madre (estamos corriendo el peligro de congelar el estereotipo de la grande dame argentina en decadencia con el vasito de alcohol en la mano) repite el personaje que vimos en Animalada y que tan buenos réditos le diera en la serie de televisión "Vulnerables". Es una lástima que la encasillen, porque basta ver su actuación teatral en "La señora Macbeth" para apreciar la diversidad y amplitud de sus registros expresivos. La escena del clímax, por otra parte, si bien resulta teatralmente contundente con su aura de tragedia griega, y un tour de force interpretativo, quiebra de manera absoluta el tratamiento de prescindencia emotiva que tenía el film.

Algo está sucediendo con las segundas y terceras (en algún caso cuartas) películas de los directores que surgieron últimamente. Salvo Lucrecia Martel y Lisandro Alonso (sus segundas películas, si bien no llegaron al nivel de las primeras, también fueron excelentes), parecería que los nuevos cineastas retrocedieron un paso, tal vez asustados por un éxito que no imaginaron. Monobloc de Luis Ortega, Después del mar de Adrián Caetano son, como Géminis, películas que no satisfacen las expectativas derivadas de su obra previa.

Josefina Sartora      

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