HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















PRIMER PLANORECOMIENDA

FINAL FANTASY
(Final Fantasy, The Spirits Within)

Japón-Estados Unidos, 2001



Largometraje de animación digital dirigido por Hironobu Sakaguchi y Motonori Sakakibara.



Olvídense de Titanic y Jurassic Park, ya no se trata de personajes y escenarios generados por computadoras destinados a confundirse asombrosamente con los reales. Olvídense de The Matrix, donde se evidenciaba hasta el paroxismo la presencia de los efectos digitales.

Estamos frente al primer largometraje con personajes íntegramente generados y animados en 3D. Algo que (justo es decirlo) ya habíamos visto en la divertida saga de Toy Story, pero mientras allí se animaba a objetos como juguetes, motivos de una caricaturización extrema que se aplicaba incluso al mostrar brevemente seres humanos, acá se apunta al verosímil absoluto. Y en consecuencia veremos seres que actúan, se mueven y suspiran como humanos.

También hay muchísima caracterización (pero nada de caricaturización) en los rasgos y el aspecto de los personajes que pueblan a Final Fantasy, que seguramente marcará otro escalón (junto con algunos films recientemente estrenados y otros aún por llegar) hacia la evolución de una nueva forma de contar historias cuyo potencial completo todavía no es fácil de apreciar.

El subtítulo Los espíritus internos alude al verdadero motor de esta aventura que, a pesar de desarrollarse en un futuro ultratecnificado y desbordado por artefactos digitales, no despotrica contra la inexorable integración entre lo humano y las máquinas. Mas bien apela al respeto por el terreno que nos aloja. En la bellisima secuencia inicial partimos del espacio exterior para luego internarnos en el agonizante planeta Tierra. Logrando, si cabe el termino, una odisea de "ciencia ficción espiritual". Porque básicamente se trata de un film para adultos donde no hay homenajes truchos o robos descarados a grandes películas del género, ni chistes simpaticones. Aunque en determinadas secuencias el conjunto destila cierto tufillo del Aliens dirigido por James Cameron, principalmente en la descripción de la camaradería reinante entre los integrantes de una pequeña unidad de combate que acompaña a la Dra. Aki Ross en su desesperada búsqueda por resolver una devastadora invasión de espectros alienígenas, ocurrida en un futuro cada vez menos lejano.

También se nota bastante el estilo del anime, no por nada sus dos directores y gran parte del equipo técnico provienen del Sol Naciente. Es decir que hay mucho ritmo, bastante violencia, y si un personaje muere, no lo va a hacer diciendo un comentario tonto que justifique su regreso.

Inspirado en un exitoso y ya añejo juego de estrategia, que a esta altura va por su octava versión para Playstation, realmente desconozco cuánto es lo que ha conservado Final Fantasy del juego en cuanto tal. Pero la historia está inteligentemente planteada, y cierra perfectamente en las casi dos horas de metraje, sin dejar cabos sueltos que prometan una secuela inmediata. Sin elementos ni imágenes gratuitas, esta propuesta aspira a algo más que a hacernos pasar un rato observando con la boca abierta cómo la generosa anatomía de una heroína (Angelina Jolie, digamos) desafía todas las leyes de gravedad posibles, y tampoco se limita a servirnos en bandeja de plata un enésimo enfrentamiento entre buenos y malos.

A Final Fantasy no le falta el típico paisaje post-apocalíptico. Pero está armado con la misma inteligencia puesta de manifiesto en Blade Runner, o en la infinita saga de Star Trek, adonde nadie se regodea en declamaciones sobre la tecnología circulante; simplemente la emplean, como lo mas natural del mundo.

Como dije antes, se puso mucho trabajo en establecer un verosímil, y esto incluye la criteriosa selección de actores que prestaron sus voces para papeles que les caen como anillo al dedo: Alec Baldwin como el valiente capitán Grey Edwards, enamorado de la Dra. Ross; Ving Rhames (el oscuro compañero de Tom Cruise en las recientes Misiones imposibles) como el soldado Ryan; el histriónico Steve Buscemi como el quejoso mecánico Neil. También aportan sus soberbias cuerdas vocales y oficio Donald Sutherland, como el bondadoso Dr. Sid, y James Woods encarnando al general Hein, lo mas cercano que encontraron al malvado de turno. Porque aquí el conflicto se maneja entre los creyentes y los que se niegan a creer.

La única concesión se observa al iniciarse la película, cuando la Dra. Aki Ross visita las ruinas de la antigua ciudad de Nueva York y pasa distraída frente a unos cuantos carteles de marcas famosas que seguramente apoyaron la filmación. Por lo demás, es una gratificante muestra de cómo se pueden combinar los negocios con la inquietudes artísticas. Una muestra de que cuando detrás de las cámaras se ubican personas deseosas de narrar algo divertido, y de narrarlo bien, siempre alcanzan mejores resultados que los lacayos dominados por las reglas del marketing.

Gabriel Alvarez     


Enviá tu crítica al Foro