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CASI FAMOSOS
(Almost Famous)

Estados Unidos, 2000


Dirigida por Cameron Crowe, con Patrick Fugit, Kate Hudson, Frances McDormand, Billy Crudup, Jason Lee, Phillip Seymour Hoffman.



Es casi como cualquier otra comedia americana. Trabaja casi sobre los mismos tópicos de un montón de películas hollywoodenses. Sus recursos formales y su tono, entre humorístico, melancólico y romántico, casi no distan de tantos otros films del rubro, ni de las anteriores películas de Cameron Crowe, su director. Pero Casi famosos tiene un guión sin fisuras, actuaciones parejas y convincentes, mejor música, cierta nostalgia que la vuelve atrapante y una trama que explota el recurso autobiográfico para ahondar en el mundo del rock and roll y la crítica musical de los años ‘70.

William Miller (debutante Patrick Fugit), alter ego de Crowe a los quince años, ama la música desde que su hermana mayor, cansada de la opresión que sufre en el hogar, decide partir en busca de nuevas emociones y le deja su tesoro: la preciada colección de LPs de Joni Mitchell, Bob Dylan y Led Zeppelin (entre otros). Que para esa madre sobreprotectora, encarnada por una acertadísima Frances McDormand, equivalen a la fruta prohibida del pecado y la promiscuidad. Y para William, a la libertad. Así se lo anticipa su hermana antes de alejarse al ritmo de "América", de Simon and Garfunkel. A partir de aquí William inicia un viaje transformador.

El conflicto se desencadena cuando la revista Rolling Stone le encomienda entrevistar al grupo Stillwater durante su gira (un sueño hecho realidad para este joven que escribe como amateur). Este camino, que es literal pero también interno, le plantea varios desafíos: confirmar su vocación de periodista de rock, desentrañar un dilema moral –la amistad y el placer frente a la responsabilidad y el deber de "ser honesto e inclemente"–, superar la virginidad, enamorarse, madurar...

Sin saberlo, William va en busca de su identidad. Por eso, tal vez, para los integrantes de Stillwater no tiene nombre; ellos simplemente lo llaman "El enemigo". Pero el grupo lo adopta, le abre las puertas de un mundo nuevo. Allí conoce a Penny Lane, quien obviamente remite a la canción de Los Beatles (que mucho inspiraron a Crowe). La ayuda de esta fan enamorada del guitarrista de la banda será inestimable a la hora de conseguir la nota. Penny (Kate Hudson, hija de Goldie Hawn, en un papel primordial que le permite lucirse) es la que pone manos a la obra para interceder por William cuando a este le cuesta pasar a la acción.

En Casi famosos las situaciones y los personajes se hilvanan a través de la mirada de William. Hay un triángulo amoroso y, fuera del "mundo ficticio" del rock (y los hoteles y la diversión), están su madre, que lo guía en la vida, y Lester (Phillip Seymour Hoffman), su mentor, que lo guía en el oficio. La primera está continuamente presente a través de los llamados telefónicos, los mensajes y las advertencias sobre la droga, el estudio y la ansiedad por que vuelva. El segundo, crítico de Creem, lo aconseja, también a la distancia, sobre cómo comportarse con la estrellas, los editores y las mujeres: "las chicas se quedan con los cantantes lindos; nosotros somos los inteligentes", se lamenta.

Aunque todas estas criaturas giran en torno de William, el film nunca abandona el punto de vista de su personaje principal. Por eso se justifican en parte ciertas escenas de "sexo, droga y rock and roll" que pecan de inocentes, o aparecen directamente fuera de campo (porque William no las ve) para el espectador. Lo mismo ocurre con algunas secuencias algo remanidas que, no obstante, cumplen un papel dramático. Como cuando el joven va con su nuevo "amigo", el guitarrista Russell Hammond (Billy Crudup), a una fiesta y el músico toma ácidos, se cree un dios y desde lo alto de un techo salta a una pileta rodeada de adolescentes. O cuando los integrantes del grupo se pelean por el protagonismo en una remera de promoción y casi terminan separándose. No son tramos del todo lúcidos, pero aportan información valiosa en función de lo que William escribirá sobre la banda en la revista.

Otro de los componentes –no el menos importante– es la música. Crowe la ama y lo demuestra: Casi famosos no sólo es "sobre" músicos sino que "está hecha" de música. Una materia prima con la que crea climas, expresa emociones, postula ideas sobre los verdaderos fans de los cantantes, mira con nostalgia esos discos que son el "ideal" de la hermana de William y luego el de él, que intentará capturarlos con palabras. Si bien la música cumple con un rol importante dentro del film, lo de Crowe no llega al regodeo. Las secuencias de los recitales, por ejemplo, sólo son utilizadas para hacer avanzar el relato y mostrar la transformación de William (como cuando Penny le quita el lápiz con el que toma apuntes para que se relaje y disfrute).

El director de Jerry Maguire (1996) no encontró, esta vez, una frase tan taquillera como la incluida en aquel film: "Show Me The Money". Pero se valió de otra que resume el espíritu de lo que están viviendo los personajes: "And Then, It Happens" (y entonces, está sucediendo). Sobre el desenlace, alguien le dice a William: "Escribe lo que quieras". ¿Sabrá qué es lo que quiere escribir? ¿Habrá hecho para entonces su propia huella, o terminará complaciendo a todos, a mitad de camino? No olvidemos que Casi famosos es parte de la vida y las pasiones de Cameron Crowe. Escribir –criticar– es una de ellas. La otra es filmar, y dentro de los parámetros de la industria de Hollywood, que no es chiste. Tal vez de eso se trate todo esto: de una lucha constante. En la que sólo a veces se puede decir "escribe (filma) lo que quieras". Creo que en esta oportunidad el director se dio el gusto, y no se equivocó.

Yvonne Yolis